A veces el destino es caprichoso, y el fútbol también. Como si de un cuento de ficción se tratase, el Cádiz CF logró la primera victoria de la temporada horas antes de su 114 cumpleaños. La fiesta de celebración tuvo lugar en Castalia, los invitados se desplazaron a Castellón sin saber si aquella fiesta tendría un final feliz y cumpliría las expectativas. Unas expectativas que, desde hace varios meses, se encuentran bajo mínimos. Pero, para sorpresa de muchos, la fiesta tuvo un final idílico. Los asistentes anhelaban los sentimientos de la victoria, el éxtasis de felicidad que te provoca sumar tres puntos a domicilio en un campeonato tan sumamente difícil. Y lo más importante llegó al final del día, cuando el Cádiz sopló las velas tras cumplir 114 años de existencia.
El renacer de Chris Ramos
Tras el pitido final, todos los focos apuntaban a Chris Ramos. Un hombre que sonreía por encima del resto, un hombre que había puesto fin a su sequía goleadora que le mantuvo 9 meses sin ver portería, sin sumar un nuevo gol en su cuenta personal. Mientras tanto, el delantero gaditano navegaba en un mar de dudas, situado en el ojo del huracán y con el temor de las críticas más presentes que nunca ante su palpable falta de confianza. Errático en la toma de decisiones, dubitativo en el mano a mano, impreciso en el juego aéreo…
La tormenta amainó, y la calma llegó. Eso mismo debió pensar Chris Ramos mientras celebraba sus dos goles. Por cierto, una celebración reivindicativa, descargando la tensión y el sufrimiento que llevaba acumulando desde la temporada pasada. Y es que fueron dos tantos totalmente determinantes; el primero para abrir el marcador, y el segundo para sentenciar el partido. Y, por supuesto, no hay que olvidar que provocó el penalti del 0-2 para los amarillos, lo que se traduce en una actuación para enmarcar por parte del ariete cadista. Tenía que sacar el do de pecho ante la falta de efectivos en la delantera y así lo hizo. Ahora solo queda esperar que el brillante partido que cuajó en Castalia le sirva para encontrar la regularidad y recuperar la efectividad de cara a puerta. Actitud, entrega, esfuerzo, sacrificio, características que le sobran al punta gaditano. Porque pese a todo, no hay que olvidar que hablamos de un aficionado del Cádiz que representa a todos dentro del campo.
Foto: Cádiz CF
El regreso de Fede San Emeterio
Otro punto muy positivo a destacar de la primera victoria amarilla en La Liga Hypermotion fue la gran aportación de los cambios. Ya comentó Paco López en rueda de prensa que al tener cinco cambios disponibles, cobraba mucha importancia los jugadores que ingresaban en el terreno de juego. Tras ocho meses de lesión, Fede San Emeterio volvió a vestir la elástica amarilla en partido oficial. El cántabro disputó 30 minutos de partido a un buen ritmo, sin contemplaciones y con la intensidad competitiva que nos tiene acostumbrados. Habrá que esperar para ver al centrocampista del Cádiz a un nivel físico óptimo, pero sin duda, es otra noticia fantástica para el técnico de Silla.
El banquillo continúa sumando
Tomás Alarcón. El chileno sigue dejando buenas sensaciones cuando le toca ponerse el mono de trabajo. Formó dupla junto a San Emeterio y ambos le dieron la contención y el respiro necesario a la medular del Cádiz CF para mantener con comodidad el resultado. Conocedor de la categoría tras su paso por el Cartagena, Alarcón apunta a ser un futbolista que va a contar con muchos minutos durante la temporada.
José Antonio de la Rosa. Eléctrico, veloz e inteligente. El onubense fue víctima de múltiples faltas, en parte por ser un futbolista difícil de frenar cuando arranca a correr. De la Rosa entendió perfectamente lo que necesitaba el Cádiz, quizás disputó su mejor partido de la presente temporada. El canterano cadista suma minutos muy valiosos para seguir ganándose la confianza de Paco López.
Mwepu. Le faltó servirle a De la Rosa la asistencia para el 0-4, pero el trabajo del delantero zambiano fue realmente positivo para darle aire fresco al equipo y hacer daño al Castellón rompiendo al espacio.