La debacle del Cádiz en Granada ha traído consigo una ola de críticas hacia Sergio González y el club por la tremenda sequía de victorias, que se extiende desde el pasado 1 de septiembre. Más de cuatro meses en los que, el mal papel realizado por los equipos de la zona baja, han permitido que los amarillos no pisaran el descenso. Sin embargo, el conjunto gaditano ya está en la zona roja tras la lamentable imagen protagonizada en Los Cármenes y el presidente de la entidad, Manuel Vizcaíno, ha decidido dar la cara frente los medios antes de una visita junto a jugadores de la plantilla al Hospital Puerta del Mar.
“Tengo la sensación de que hemos estado estudiando más que las notas que hemos sacado, y que en el último examen hemos sacado un cero rotundo. Si me guío por el último examen obviamente tengo que cambiar de colegio, pero resulta que el fútbol es trayectoria y no la calentura. Un dirigente no está para tomar una decisión en caliente por un malísimo resultado, porque lo de ayer fue imperdonable por la actitud y por los cadistas que allí había que eran los únicos que cumplieron», declaraba un enfadado Vizcaíno.
El presidente confirma la continuidad de Sergio y mira al mercado
Pero añadía que «hasta entonces el equipo merecía mucho más de lo que tenía y merece mucho más de lo que tiene. No nos podemos poner nerviosos por un resultado ni por estar ahora en descenso porque el celta marcará en el 96. El Celta ha tenido la tranquilidad de confiar en un proyecto igual que nosotros”, manifestaba el presidente, que ratificaba de esta forma a Sergio González como entrenador del Cádiz.
Además, y al contrario de lo que declaró en la previa del encuentro ante la Real Sociedad, Vizcaíno reconocía que “hoy sí se puede decir, por supuesto que el equipo necesita retoques. Para que puedan venir jugadores, otros deben salir. Valoraremos todo pero ahora mismo estamos pensando en el partido frente al Valencia y en las mimbres que tenemos para ello”. Por último, explicó como fueron los minutos posteriores a la finalización del choque ante el Granada. “Bajé a los vestuarios y saludé uno por uno a los allí presentes y les dije que había que pensar en el próximo partido. Sergio diría eso por vergüenza y yo se lo agradezco”, finalizaba.