Una persona como Sergio González es de esas que uno no olvida fácilmente. A pesar del nefasto tramo liguero con el que ha finalizado su estancia en el banquillo del Cádiz CF, el técnico catalán ha podido despedirse del club que le otorgó la confianza de lograr la permanencia en enero de 2022 y, dos años después, le ha devuelto la misma confianza con dos salvaciones y un sentido de pertenencia absoluto a la ciudad y al equipo amarillo.
Desde la sala de prensa del Nuevo Mirandilla, y arropado por todos y cada uno de los que le han acompañado en esta aventura, Sergio se ha despedido del cadismo y de la entidad entre lágrimas. Bajo la triste mirada de prácticamente toda la plantilla, que era consciente de que gran parte de culpa de lo que estaba ocurriendo era su responsabilidad, el técnico catalán se dirigió a los medios y a la opinión pública por última vez desde la sala de prensa amarilla.
El catalán comenzó la rueda de prensa agradeciendo a todos los que le han acompañado. “Gracias al presidente, al resto de la directiva, gracias a la dirección deportiva. A los jugadores. Agradecido por todo lo que hemos vivido. Ojalá en muchas películas haya momentos tan bonitos como los que hemos vivido nosotros”, manifestaba un visiblemente emocionado Sergio González.
Además, añadía que «el Cádiz CF es una gran familia. Gracias por todos los momentos mágicos que hemos vivido. Han sido dos años increíbles con muchas, y fuertes, emociones». Con respecto a la afición, reconocía que «fuimos muy felices». Eso sí, afirmó que su último recuerdo no es positivo por los cánticos que pedían su marcha como técnico amarillo. “Prefiero recordar como volábamos juntos todos. Como nos recibían. Les mando un mensaje que pase lo que pase que sigan animando”, finalizaba Sergio González, que comentó en la rueda de prensa que «la situación en la que llegamos es mucho más difícil que la que va a recoger el nuevo técnico» y quiso dejar bien claro que el vestuario siempre fue «sano». Algo fácilmente comprobable cuando, al finalizar la comparecencia, se ha fundido en un abrazo con todos los jugadores de la primera plantilla allí presentes.