Insustancial e intrascendente partido, más allá del amor propio de cada uno, el que afrontaba el Cádiz CF ante la UD Almería para cerrar el curso antes de volver a la categoría de plata del fútbol español. Mauricio Pellegrino, en su más que probable último encuentro como técnico amarillo, optó por alinear un once híbrido entre habituales y menos habituales, en el que aparecían nombres como David Gil en portería, Lucas Pires en el lateral izquierdo o Brian Ocampo por el costado derecho. La presencia del uruguayo era, quizás, el mayor aliciente del choque para los cadistas, que sueñan con poder contar con su calidad en la difícil tarea de regresar a la élite.
Ocampo adelantó a los amarillos
El trepidante duelo, nótese la ironía, comenzó con un Cádiz que quería dominar la posesión, aunque fue el Almería el primero que probó fortuna. Adrián Embarba lo intentó desde la lejanía con dos disparos, el segundo de ellos en un lanzamiento directo de falta, que se marcharon desviados antes del minuto 15 de partido. Eran momentos en los que el cuadro dirigido por Pepe Mel gozaba de mayor facilidad para acercarse a la portería que defendida por David Gil.
El guion del encuentro cambió y fue el Cádiz el que iniciaba su propuesta ofensiva. Robert Navarro avisó en el minuto 28 cuando le cayó un rechace franco que, al finalizar, cruzó demasiado y pasó muy cerca de la portería de Fernando. Fue en el minuto 30 cuando Ocampo sacó la varita y, tras sortear a un rival, condujo con rapidez para plantarse en la frontal del área y colocar un disparo sensacional al fondo de la red. Un nivel futbolístico que el Cádiz ha echado de menos durante toda la campaña y que sueña con poder contar en Segunda.
Todo cambió (a mal) en la Segunda
Tras la reanudación, Pepe Mel preparó un cambio en su equipo para tratar de darle la vuelta al electrónico y conseguir la primera victoria de la campaña como local. Entraron Arribas y Gonzalo Melero y la segunda mitad parecía otra por completo, porque los almerienses salieron activos y el Cádiz se quedó en el vestuario. Y comenzó el carrusel de goles. En el 47 empató Melero con un disparo raso que desvió ligeramente Fali. Tres minutos más tarde, Sergio Arribas puso el segundo tras aprovechar un rechace de un David Gil que más no pudo hacer por evitar el tanto.
En el minuto 57 llegaba el tercero y, con total seguridad, el gol más vergonzoso recibido por los amarillos. David Gil rechazó un disparo, fue a saber dónde y Zaldua, como el que está en otro partido, cedió un balón directamente al fondo de su propia portería. Diez minutos de absoluto bochorno que, por desgracia, no quedaron ahí.
Juego, set y partido para el Almería
Pellegrino trató de maniobrar dando entrada a Diadié Sammasekou y a Juanmi, y recibió un no en mayúsculas como respuesta porque Luis Suárez se sumó a la fiesta goleadora indálica para poner el cuarto en otra acción nefastamente defendida por el Cádiz. En el minuto 70, el colombiano anotaba el segundo en su cuenta particular y el quinto para los de Pepe Mel tras una buena asistencia Jonathan Viera.
La otra buena noticia de la tarde para el cadismo, además de lo de Brian Ocampo, la puso el debut del canterano Borja Vázquez. Sin embargo, el set debía terminar de jugarse y el juego final lo anotó Sergio Arribas. Fin a una temporada para olvidar con una actuación lamentable y vergonzosa de los de Mauricio Pellegrino. Ahora, toca planificar correctamente el próximo curso y volver a ilusionar a un cadismo que ha finalizado harto del Cádiz CF en todos sus ámbitos.