En un tramo final de temporada lúgubre, como casi la totalidad del curso, en el Nuevo Mirandilla hay un futbolista que vuelve a sonreír. Que permite recordar a aquel ariete que maravilló durante varias campañas consecutivas con la camiseta del Levante. La versión de un delantero que en la Tacita de Plata ha mostrado su cara más errática e irregular. Sin embargo, algo está cambiando en el presente de Roger Martí cuando más lo necesita Gaizka Garitano. en el Cádiz.
El de Torrent ahora sí está. No ofrece muestras de andar justito de gasolina en lo físico y, progresivamente, está adquiriendo una confianza con balón que está dando sus frutos en el terreno de juego. Porque, todo hay que decirlo, las ganas y la intención de querer hacer las cosas bien es una cualidad innegociable en su forma de entender la competición. Las lesiones, la competencia con las cifras productivas de Chris Ramos y su falta de acierto cuando le han brindado la oportunidad (que las ha tenido con todos los técnicos) ha provocado que la etapa de Roger Martí en Cádiz no haya sido la esperada. Y la paciencia se agota. La de este juntaletras, también. Porque desde el micrófono de Radio MARCA Cádiz se ha criticado ferozmente a Roger.
Y al César siempre hay que darle lo que es del César. Reconocer cuando el futbolista alcanza la reivindicación. Y la de Roger Martí ha llegado en el tramo final de la presente temporada. Es uno de los futbolistas que menos ha contado para Garitano desde el aterrizaje del vasco, aunque sí pudo gozar de su confianza al partir como titular en el estreno del técnico en el banquillo amarillo. Sin embargo, el de Derio luego pasó a situar a Carlos Fernández como máxima referencia hasta que Chris Ramos le demostró por enésima vez que los goles en este Cádiz están en sus botas y en las de Ontiveros. La necesidad constante de reivindicación que parece que tiene el delantero gaditano cuando sus cifras hablan por sí solas. Pero eso es otro tema.
Dos goles y dos asistencias: el mejor mes de Roger Martí en el Cádiz CF
Volviendo a Roger, tuvo que llegar el partido en El Plantío bajo la fuerte lluvia que azotaba Burgos para que apareciera su momento. El de Torrent empató el encuentro con un tanto que identifica al delantero como uno de raza, con olfato goleador y oportunismo. Una semana más tarde, como titular ante el Sporting de Gijón, asistió a Chris Ramos. La pasada jornada, en Córdoba, volvió a ver portería con un cabezazo espléndido. Y ayer, contra el Almería, además de provocar las dos tarjetas rojas, asistió a Víctor Chust tras un control maravilloso que certifican que en sus botas hay mucho más fútbol del desplegado en tierras gaditanas. Dos goles y dos asistencias en cuatro partidos.
Ahora, la pregunta es nítida. ¿Es suficiente este arreón final de Roger Martí para que sea una de las piezas intocables de cara al próximo curso? La última palabra la debería tener Gaizka Garitano, pero en este Cádiz presidencialista la confección de la plantilla siempre ofrece sorpresas. El contrato del valenciano lo une a los amarillos hasta el 30 de junio de 2026. A sus 34 años parece estar reencontrándose con su mejor nivel, pero debe ser un análisis profundo el que determine si sus prestaciones caben en ese proyecto «más propio» del que hablaba el técnico vasco si tiene la posibilidad de llevarlo a cabo.